41 Así, pues, los apóstoles salieron del Consejo, llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre. 42 Y día tras día, en el templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús es el Mesías. Hech. 5:41,42
Un buen misionero (a) está dispuesto (a) a sufrir por causa del evangelio. En un mudo tan ajeno de Dios, tan secular se hace difícil predicar a Jesus como Salvador y Señor. En un mundo donde la libertad se ha convertido en libertinaje y donde cada uno hace lo que se le da la gana es complicado presentar a Jesus como el Señor. El trabajo de un misionero (a) es intenso, es sacrificado porque está enfrentando y combatiendo en contra del reino de la tinieblas y el enemigo va a levantar situaciones o personas que vengan a desanimarnos o desalentarnos, pero necesitamos mantenernos con la actitud correcta. Gozosos de ser considerados dignos de sufrir afrentas por causa del nombre de Jesús. Tal vez se van a reír de ti, sigue adelante. Tal vez te van a despreciar, sigue a Cristo. Tal vez te van a cerrar la puerta, confía en que Dios va a abrir otra.
Recordemos las palabras de Pablo a su hijo en la fe Timoteo, “Tu pues sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo” 2 Tim. 2:3 Pidámosle al Señor que nos haga más tolerantes al sufrimiento y que no ayude a mirar con compasión a aquellos que de una u otra forma nos van a querer detener o desviar de nuestro propósito de proclamar a Cristo como Salvador y Señor.
1. ¿Has sufrido por causa del nombre de Cristo?
2. ¿Cómo podemos desarrollar una actitud diferente frente al sufrimiento?
3. ¿Cómo reaccionas cuando encuentras oposición de las personas que te rodean?
4. ¿Qué tan tolerante eres al sufrimiento?