El sábado 11 de agosto en la ciudad de Viña del Mar, sector Santa Julia, se realizó la
dedicación del templo EMAUS, luego de varios años de trabajo se terminó con la
construcción de la iglesia. A cargo están los pastores Sixto Pastenes y Macarena Lienlaf.
Emplazada en calle Los Tulipanes 142, paradero 5 y medio de dicho sector se puede
observar y disfrutar de un nuevo espacio físico de la Iglesia Pentecostal Apostólica.
Fue una jornada extensa, comenzó con el encuentro de jóvenes “Trasciende”, el que
contó con la participación de expositores de la V región y además de Argentina. Las
actividades se extendieron hasta cerca de las 6 de la tarde.
Luego se dio inicio al culto de dedicación del templo, que estuvo a cargo del Obispo David
Anabalón quien mencionó: “Creo que son del todo apropiadas las palabras del Salmo 100;
Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante
su presencia con regocijo… Entrad por sus puertas con acción de gracias” al finalizar el
capítulo continúo con una oración: “Padre celestial al entrar por las puertas de este
templo damos gracias por tu amor, lo que ayer era una sueño hoy es una realidad”.
Posteriormente se realizó un corte de cinta y cada pastor presente se llevó un trozo con el
propósito de recordar y cubrir el ministerio Emaus. Además del apoyo pastoral de quienes
asistieron se rindió un emotivo homenaje a quienes partieron y que también fueron parte
fundamental. Porque acompañaron, aconsejaron y guiaron durante estos años de
proceso: al Pastor Isaias Cordova y el Pastor Segundo Noguera.
La familia apostólica continúa creciendo y fortaleciéndose en los distintos puntos del país
y del mundo. Somos parte del cuerpo de Cristo, embajadores de su reino, la sal de la
tierra. Donde quiera que estemos seamos buenos representantes del Rey de los cielos,
quien todos los días nos muestra su amor y renueva sus misericordias.
Hoy queremos compartir esta alegría de una nuevo templo, de una nueva casa con todos
ustedes, nuestra familia en Cristo. Y agradecer una vez más a cada uno de nuestros
hermanos, los de casa que sin su ayuda nada de esto hubiera sido posible.
