“Un hombre de Dios”, es la frase que resume la vida de nuestro amado Presbítero Olegario Chávez. La IPA está de duelo frente a la partida de un hombre que con su testimonio, inspiró a muchos a seguir las huellas de nuestro Señor Jesucristo.
Aquel joven que llegó a la iglesia de San Mateo, en la comuna de La Cisterna, y fue formado por nuestro recordado Pastor y Presbítero Carlos Duarte, nunca pensó todo lo que viviría en el evangelio.
A muy temprana edad comenzó a usar un púlpito como predicador, quienes tuvimos la bendición de escucharlo, podemos decir que fuimos edificados, inspirados y motivados a seguir al Señor después de cada prédica.
En los planes del Señor ya estaba determinado que fuera un siervo de Dios, es así que fue Temuco el lugar designado para iniciar la obra, en esta ciudad se puso bajo el alero de nuestro Presbítero Jacob González, quien pudo ver en él ese llamado al ministerio.
Fue IPA Villa Andina, junto a otras iglesias las que formó nuestro Presbítero Olegario, con el respaldo de muchos hombres y mujeres que llegaron a Cristo. Hoy sin duda, su familia, congregación y la IPA, pueden dar gracias al Señor por la vida y testimonio de nuestro Presbítero Olegario, se suma a quienes le antecedieron al llamado del Señor, para constituir esa iglesia triunfante en el reino de los cielos.
Entregamos las condolencias a nuestra pastora Olga, a su hijos Soledad, Pablo y Gonzalo y a quienes son parte de su familia, como también a la congregación que trabajó junto con a su pastor durante todos sus años de ministerio.
Podemos agregar las palabras del apóstol Pablo a Timoteo, “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”