Editorial

Agradecidos con Dios

El salmista refleja una acción de gratitud en los salmos 103:1-5, declarando:

«Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios.
Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.”

Decir gracias es poco

Estamos tan agradecidos por todo lo que Dios hace en medio de nosotros. Sinceramente nos faltan palabras para describir todo lo que Dios hace.

Creo que esto es lo que experimentó David al escribir este salmo. Se invita a sí mismo a bendecir el nombre del Señor, reconociendo sus beneficios.

Se dice a sí mismo: “No olvides ninguno de sus beneficios”, y luego señala alguno de ellos.

Con un corazón lleno de su presencia decimos: GRACIAS

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