El trabajo pastoral es tan demandante y difícil que es necesario que el pastor o pastora tengan un fuerte sentido del llamado divino. Vemos a muchos hombres y mujeres entrar y salir del ministerio porque no tienen la certeza del llamado de Dios sobre sus vidas.
Mientras medito en esto pienso en la cantidad de personas que ha sido dañada por seudo pastores que han pretendido ser llamados por Dios para esta tarea. Hombres y mujeres sin escrúpulos que por razones narcisistas, egoístas y económicas entran a ejercer una función que sólo le es permitido realizar a los llamados por Dios.
Enfrentamos un tiempo crítico y necesitamos responder seriamente y responsablemente a esta pregunta.
Quieres ser popular, ganar dinero, ser reconocido por las autoridades, te equivocaste de llamado.
Dios levanta a hombres y mujeres que sientan profundamente el llamado a pastorear tu rebaño, a cumplir el rol que tu esperas de cada uno de nosotros.
Dios levanta a pastores y pastoras con un nuevo sentir de servicio, una generación que se levanté para cambiar lo que hoy estamos experimentando.
¿Quién dijo que eras pastor?
Daniel Anabalón V.