Pienso en la promesa de Dios a Abraham:
Génesis 12:1-3
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.”
Este es el comienzo de una etapa importante en la vida de Abraham. Aunque era ya un hombre de 75 años, comenzaba una jornada que lo convertiría en “padre de la fe”.
Nosotros comenzamos a caminar en este nuevo año y nos hace bien aprender de Abraham, quien creyó a Dios y le fue contado por justicia. Para emprender este nuevo año, al igual que Abraham, necesitamos Fe y Obediencia.
Sin duda que la fe en Dios debe ser nuestra compañía segura de estos 365 días. Creer firmemente que Dios tiene un plan ya trazado para cada uno de nosotros.
La Fe, necesariamente, debe ir acompañada de Obediencia a Dios. Que podamos cada día de este 2023 tener la disposición de obedecer a Su palabra y ser sensible a la dirección del Espíritu Santo.
La Fe y la Obediencia son dos grandes desafíos que nos permitirán disfrutar de las bendiciones del Señor en este 2023.
“Señor sé que Tú ya has determinado Tus planes para mi vida en este año que comienza, ayúdame a serte fiel cada día”
Obispo David Anabalón