Editorial

La importancia de llamarse Hijo de Dios

“Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.” Gálatas 4:5-7.

El amor de Dios es tan grande que nos ha dado, a través de Cristo, la bendición de ser sus hijos.

Sin duda que esto trae seguridad y confianza a nuestras vidas. Debemos vivir bajo esta convicción: “Soy un hijo de Dios”, y como hijo, soy heredero de cada una de Sus promesas.

El apóstol Juan lo declara en un verdadero cántico de alabanza:
“Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios…”
(1Juan 3:1a.)

No permita que nada le impida vivir bajo esta verdad bíblica, somos hijos amados por Dios que gracias a la acción del Espíritu Santo podemos decirle tiernamente: “Abba Padre”.

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